CAPILLA 
LOS JUNQUILLOS

Después de la Reforma Agraria de Chile en la década de 1960, los antiguos inquilinos de la Estancia Los Junquillos recibieron pequeñas parcelas, que fueron subdivididas en unidades aún más pequeñas por sus hijos y nietos. El suelo era pobre y muchos se fueron en busca de mejores oportunidades en Los Ángeles—la capital provincial—y Santiago—la capital nacional. Los que se quedaron dependen de la agricultura de subsistencia y de algunas cosechas de verano en los ranchos cercanos.

Hoy, el gobierno local se esfuerza por brindar ayuda a cientos de comunidades rurales precarias como Los Junquillos, pero la ayuda es lenta, intermitente e insuficiente. En este contexto, los templos protestantes y católicos no son sólo lugares de culto sino también centros comunitarios, donde la gente se reúne y organiza para mejorar sus condiciones de vida.

Elegimos una estructura de cobertizo de madera estándar, como las que usan las fábricas de madera cercanas. Esta era la forma más económica de construir un espacio de planta libre de 100 metros cuadrados —mezclando iglesia y espacio comunal. Nuestra primera idea fue reciclar una estructura existente, pero resultó ser más costosa que hacer una nueva.

En cuanto al revestimiento interior y exterior, nuestro criterio fue utilizar los materiales que teníamos a mano. Las planchas de zinc-aluminio corrugado han demostrado ser la forma más eficiente y económica de proteger las casas cercanas, tanto en el techo como en la superficie de las paredes exteriores. 

En general, queríamos producir un contraste entre la apariencia interna y externa: un exterior ordinario y promedio, con un espacio interior delicado y asociado a experiencias sagradas.